lunes, 03 de mayo de 2010
Luego de los intensos sismos que han sacudido recientemente a distintos países del mundo, ha comenzado a circular incesantemente en internet un mail que ofrece una serie de recomendaciones acerca de lo que se debe hacer en caso de un terremoto. Se llama "Triángulo de la Vida" y el autor es Douglas Copp, quien se autodenomina como un muy experimentado socorrista.
Copp sostiene que las recomendaciones habituales de las autoridades en caso de sismo, no son efectivas y en cambio, su "Triángulo de la Vida" podría contribuir a salvar a miles de personas.
Alrededor de cada uno de dichos objetos quedan algunos espacios vacíos; estos espacios son precisamente los "triángulos de la vida", y son el sitio recomendable –según Copp- para que una persona se ubique durante un terremoto si desea sobrevivir.
La forma en que la propuesta de Copp está planteada, ha permitido que el "Triángulo de la Vida" gane credibilidad, y en consecuencia ha extendido su distribución a foros y blogs. La idea de Douglas Copp sostiene que cuando un edificio colapsa, los objetos que se encuentran en su interior son aplastados por el peso del techo que cae.
Sin embargo, alrededor de cada uno de dichos objetos quedan algunos espacios vacíos; estos espacios son precisamente los "triángulos de la vida", y son el sitio recomendable –según Copp- para que una persona se ubique durante un terremoto si desea sobrevivir. Entre más sólido y grande sea el objeto en cuestión, menos comprimido quedará luego de ser aplastado, de manera que será mayor el espacio que quede a su alrededor.
El "Triángulo de la Vida" está haciendo que mucha gente dude acerca de la efectividad de las medidas habituales que se recomiendan en caso de sismo, como son colocarse bajo una mesa o debajo del marco de una puerta. Según Douglas Copp, los marcos de una puerta pueden caer fácilmente y las mesas no resisten cuando los techos acaban por desplomarse. En respuesta, tanto diversas instituciones de protección civil del mundo como algunos especialistas en el tema, han expresado que el "Triángulo de la Vida" no es una medida tan segura y efectiva como Copp lo ha sentenciado.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, sigla del inglés "United States Geological Survey"), ha señalado, por ejemplo, que si bien es cierto que en ocasiones llegan a formarse los famosos "triángulos de la vida", ES MUY DIFICIL predecir si van a generarse cuando un edifico se colapse durante un sismo, y mucho menos existen bases para garantizar que estos siempre van a formarse al lado de objetos grandes.
Para ganar credibilidad, Copp refiere que realizó un experimento con financiamiento de las autoridades de Turquía. tal experimento consistió en DEMOLER un edificio, donde previamente habían sido colocados 20 maniquíes. 10 de ellos fueron situados como marcan las recomendaciones aceptadas internacionalmente y 10 de ellos se situaron en donde pudieran formarse los supuestos "triángulos de la vida". Cuando los escombros fueron revisados, los maniquíes que habían sido colocados en los puntos habituales de seguridad, estaban destrozados. En cambio, lo que habían sido situados en los "triángulos de la vida" estaban casi intactos.
En respuesta, La Cruz Roja respondió a Copp que lo visto en su SIMULACRO DIFIERE MUCHO DE LO SUCEDE REALMENTE DURANTE TERREMOTO. Según esta institución, durante un sismo hay distintas clases de movimientos, siendo el más destructivo de todos el de tipo OSCILANTE, que precisamente NO PUEDE ser recreado causando la demolición de un edificio.
Además, la Cruz Roja advirtió que muchas de las personas que mueren durante un sismo, perecen porque caen sobre ellos distintos objetos pesados, que no necesariamente son techos o estructuras de concreto. Si una persona se ubica siguiendo las recomendaciones de Douglas Copp, correría mayores riesgos ya que quedaría completamente expuesta a los objetos que pudieran caer durante la sacudida.
Probablemente pudieran tomarse en cuenta algunas de sus recomendaciones, pero de ninguna manera sustituir las disposiciones vigentes por la propuesta del "Triangulo de la Vida", porque ello pondría a muchas personas en peligro. Casi todas las recomendaciones vigentes, han sido resultado de diversas experiencias y estudios realizados por diversas instituciones que durante décadas han enfrentado este tipo de siniestros.
Además de las experiencias, estas indicaciones están sustentadas en los estudios sísmicos y también toman en cuenta los reglamentos de construcción, cuyas exigencias difieren de país en país dependiendo del tipo de suelo, frecuencia con que ocurren los sismos e intensidad de los mismos.
Algunos críticos del trabajo de Copp no lo condenan del todo, pero sí insisten en que lo mejor que una familia puede hacer es desarrollar su propio plan de contingencia, que incluya justamente la detección de los espacios que pudieran resultar más seguros en casa, dependiendo del tipo y tamaño de construcción. Probablemente pudieran tomarse en cuenta algunas de sus recomendaciones, pero de ninguna manera sustituir las disposiciones vigentes por la propuesta del "Triangulo de la Vida", porque ello pondría a muchas personas en peligro.
Actualmente, las recomendaciones vigentes en México sugieren –entre otras cosas- que en caso de sismo las personas deben cubrirse con ambas manos la cabeza y colocarla entre sus rodillas.
También propone alejarse de objetos que puedan caer, deslizarse o romperse. Asimismo plantea no intentar abandonar el lugar, ya que además de generar caos, lo más probable es que no se logre salir del edificio antes de que el sismo haya terminado. Por supuesto, se recomienda buscar la protección de alguna mesa, escritorio o el marco de una puerta.
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