Las tiendas del centro comenzaron a reabrir el jueves en Caléxico, en la frontera entre California y México, una ciudad que poco a poco vuelve a la vida 11 días después de un sismo de magnitud 7.2 que provocó rajaduras en las paredes y destrozó ventanas.
Los propietarios y empleados de los negocios estaban eufóricos, después de casi dos semanas sin ingresos.
"Han sido 11 largos y difíciles días", dijo Eduardo López, 49, dueño de una tienda de alimentos que volvía a abrir y que estima que la actividad comercial cayó 70%. "No estábamos seguros de cuánto duraría".
Una docena de negocios recibió autorización para volver a abrir. Sin embargo, las calles del centro de la ciudad continuaron cerradas para los vehículos y casi la mitad de los edificios en el área de nueve manzanas seguían sin abrir.
El encargado del municipio, Víctor Carrillo, dijo que las estructuras que no sean reparadas se demolerán.
Las estimaciones de los daños provocados por el terremoto se aproximaban a los $100 millones en el Condado Imperial, en el que la tasa de desempleo se encuentra apenas por debajo del 30%. Los inspectores de la Administración Federal para Gestión de Emergencias estaban analizando los daños para determinar si la zona cumple con los requisitos para recibir ayuda federal.
El Centro, la sede del condado, estimó los daños a la infraestructura pública en $57.4 millones. Los daños también fueron grandes en México, especialmente en pequeñas ciudades de productores agrícolas, en las que las viviendas sufrieron daños graves o fueron destruidas. Dos personas perdieron la vida en Mexicali.
Caléxico, una ciudad de 38,000 habitantes a unas 120 millas al este de San Diego, no ha estimado los daños en las construcciones, pero el centro de la ciudad sufrió grandes destrozos. La zona está llena de pórticos de estuco y edificios de uno y dos pisos de principios del siglo XX que atraen a compradores que cruzan la frontera.
Los propietarios y empleados de los negocios estaban eufóricos, después de casi dos semanas sin ingresos.
"Han sido 11 largos y difíciles días", dijo Eduardo López, 49, dueño de una tienda de alimentos que volvía a abrir y que estima que la actividad comercial cayó 70%. "No estábamos seguros de cuánto duraría".
Una docena de negocios recibió autorización para volver a abrir. Sin embargo, las calles del centro de la ciudad continuaron cerradas para los vehículos y casi la mitad de los edificios en el área de nueve manzanas seguían sin abrir.
El encargado del municipio, Víctor Carrillo, dijo que las estructuras que no sean reparadas se demolerán.
Las estimaciones de los daños provocados por el terremoto se aproximaban a los $100 millones en el Condado Imperial, en el que la tasa de desempleo se encuentra apenas por debajo del 30%. Los inspectores de la Administración Federal para Gestión de Emergencias estaban analizando los daños para determinar si la zona cumple con los requisitos para recibir ayuda federal.
El Centro, la sede del condado, estimó los daños a la infraestructura pública en $57.4 millones. Los daños también fueron grandes en México, especialmente en pequeñas ciudades de productores agrícolas, en las que las viviendas sufrieron daños graves o fueron destruidas. Dos personas perdieron la vida en Mexicali.
Caléxico, una ciudad de 38,000 habitantes a unas 120 millas al este de San Diego, no ha estimado los daños en las construcciones, pero el centro de la ciudad sufrió grandes destrozos. La zona está llena de pórticos de estuco y edificios de uno y dos pisos de principios del siglo XX que atraen a compradores que cruzan la frontera.
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